MUERE MANUEL, ÚLTIMO VECINO DE LA CASA DEL AIRE 7/7/2016

EL MEJOR HOMENAJE, CONTINUAR LA LUCHA

lunes, 25 de febrero de 2013

La Casa del Aire, pionera en la lucha contra los desahucios

Artículo del periódico Diagonal sobre la Casa del Aire (por EDUARDO PÉREZ. 
25/02/13 )

GRANADA // EL 22 DE MAYO SEIS PERSONAS SERÁN JUZGADAS A INICIATIVA DE UNA INMOBILIARIA

Los vecinos de un edificio histórico del Albaicín han resistido durante nueve años los intentos de varias inmobiliarias para derruirlo y construir apartamentos de lujo.



Valor de cambio contra valor de uso. Negocios contra derechos. Esta pugna, que de forma mayoritaria suele acabar inclinándose hacia el primer factor, viene representándose desde hace nueve años en la Casa del Aire, edificio construido en el siglo XVII en el barrio del Albaicín (Granada) y que toma su nombre, según la versión, de su carácter de “casa de paso” entre un nivel y otro del empinado barrio o de las fuertes corrientes de aire que se dan en su interior, dada su localización.
En 2004, en la casa había 12 viviendas habitadas, en régimen de alquiler, y varios hermanos eran los propietarios. “No arreglaban nada, pero nos dejaban en paz, teníamos relativa libertad”, recuerda Clara Martínez, vecina del edificio desde 1989, para DIAGONAL. Ese año, los dueños decidieron vender la casa ante la oferta de alrededor de medio millón de euros realizada por la inmobiliaria Arrendamientos Puerta Elvira. Pese a que los anteriores dueños aseguraban que no habría problemas con los vecinos, pasó todo lo contrario: la inmobiliaria avisó de que en tres meses derribarían el edificio para construir 24 apartamentos de lujo. El mensaje a los vecinos, señala Martínez, era: “Los tontos se van a quedar hasta el final y no van a ganar nada, los listos cogen el dinerillo [el equivalente a los pagos de alquiler que les faltaban] y se van”. La mitad hizo las maletas y los “tontos” decidieron reocupar las viviendas vacías con gente afín y comenzar un proceso de lucha, en la calle, en las administraciones y en los juzgados, para conseguir la rehabilitación de la Casa del Aire y el mantenimiento de los alquileres, mientras que la inmobiliaria atacaba con cargos por “usurpación” para conseguir el desalojo.